Hace un poco mas de 90 días mi querido y amada media naranja se fracturo el pie, fue una cosa de locos, estaba medio resfriado y como era de esperarse de mal humor; no soporta estar enfermo (creo que nadie) pero él es un caso especial...la cosa es, que salió a recoger el carro al grifo, ya que lo había dejado para que lo lavaran, salió y a los 5 minutos regreso prácticamente gateando.
Yo riéndome le pregunte: que paso??, el todo colorado y renegando a las justas me contestó y me dijo que se había doblado el pie bajando las escaleras; en mi mente decía: Ay! que exagerado eres, seguro fue un conejito que salió y pues no, cuando se saco el zapato vi que, lo que se había salido era el huesito fracturado y sin pensarlo dos veces nos fuimos a la clínica.
Realmente, no pensé que la cosa iba ser tan grave hasta que lo vi con el yeso y al doctor darle 30 días de descanso medico; la cara que tenia era de auto gol, le faltaban 15 días para terminar sus vacaciones y la pasaría en cama (adiós planes de viajar) y pues yo, simplemente respire profundo.
Bueno! dije, 30 días se pasan volando, no creo que sea muy fastidioso el tener metido las 24 horas del día al esposo en casa y vaya que me equivoque, se convirtió en un hijo mas, todo lo quería hacer y nada podía hacerlo, se fastidiaba con todo porque la hiperactividad la tenia frenada y bueno, nadie estaba acostumbrado a tenerlo todo el día en casa por tantos días; por el trabajo que tiene, nuestra rutina es diferente o simplemente no mantenemos una rutina, cada día, cada semana, cada mes, cada año es diferente para nosotros.
Los primeros días como que se aguanto un poquito, pero con el pasar de los días, todo se hacia mas difícil y cual niño chiquito y contreras hacia lo que no debía hacer, tanto así, que termino con el pie hinchado y corriendo nuevamente a la clínica por emergencia.
El medico tuvo que abrir el yeso para que la hinchazón pueda bajar y la sangre pueda circular sin problemas, pero vino lo mas difícil, 30 días mas de descanso medico (noooooo), pues si, le dieron 30 días mas de descanso medico por no seguir las recomendaciones medicas de tener el pie en alto y moverse lo menos posible.
Quienes estaban súper archi recontra felices eran mis peques, tanto así, que hasta Joaco aprendió a comer solidos con el papá y sin chistar. No es que yo, no estuviera contenta, me gustaba la idea que pudiera estar con nosotros todo el día por muchos días; pero hubiese sido mejor, si no, hubiese estado con el pie fracturado.
Regresamos a los 30 días aproximadamente, yo rogando que por fin le den de alta y regrese a trabajar, yo estaba demasiado renegona, no lo aguantaba, se ponía en un plan de hermano mayor jorobando la paciencia del hermano menor y todo era desesperante...lamentablemente el recuperarse de una fractura de pie no es fácil, tienen que pasar por terapias tras terapias y mas terapias hasta que el cuerpo y la mente estén conectados, no exista dolor y al fin pueda caminar sin problemas.
Después de las muletas vino el bastón y les soy sincera, me fastidiaba y odiaba verlo con el, no quería saber nada de ese aparato, parecía un viejo cascarrabias, se molestaba por todo; las muletas pasaban piola, pero el bastón fue un trauma para mi, mas que para él.
A Dios gracias, ya empezó a trabajar y lo extraño, extraño tenerlo los domingos en casa y ser mi frazada con orejas los días de frio (jiijii) lo se, ni chicha ni limonada, pero así es nuestro amor loco, sin rutinas y extrañándonos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario